Para pensar, para vernos hacia dentro, para preguntarnos....y para disfrutar la literatura. Espero comentarios.
Escuchó el silencio. Las hojas caídas en el sendero crepitaban bajo los rayos del sol y las ramas se mecían suavemente sin brisa, como si quisieran hablar. De vez en cuando un crik crik dialogaba con las nubes y el murmullo de los pétalos fragantes llamaba a sonreír.
La caracola, cansada del interminable mar y las espumosas olas, anhelaba el umbrío bosque, los colosales árboles y los colores-algún pájaro le había contado- que desconocía. Cerrada en su propio laberinto de primorosas curvas esculpidas en nácar. Ajena a la estrella de mil ojos que retozaba al son de vibrantes compases de viento y distancia, dibujando en la arena. Sorda al canto milenario del agua en las rompientes, renegaba de su realidad.
La mano la tomó casi sin ruido y después de un corto viaje, la depositó en el lugar elegido, frente a la ventana, entre otros recuerdos.
Ahora extraña. Ese antiguo rumor que acaricia sus oídos, fragor de agua salada salpicada de espuma, es sólo un recuerdo. A veces, en la ventana, una pequeña mariposa danza feliz.
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